La Empresa Nacional de Telecomunicaciones (Entel) y la Agencia Boliviana Espacial (ABE) firmaron un contrato de intercambio de servicios, por la que la telefónica compra el 58%, de la capacidad del satélite Túpac Katari (TKSAT-1), por $us 302 millones. El tiempo del pacto es de 15 años, con lo que prácticamente cubrirá toda la inversión económica que hizo el Gobierno con China para construir el artefacto espacial.
Para las cooperativas telefónicas, este contrato es una prueba de la falta de equidad con su sector, al que no se le permite ampliar sus coberturas de servicios. Para las telefónicas privadas, es parte de una negociación que pudo hacerla cualquier entidad con capacidad.
Según el gerente de Entel, Óscar Coca, este costo de la compra del espacio será menor en $us 81 millones al que pudo costarle por la compra de servicios en el extranjero y podrá ofrecer “servicios más bajos y baratos”.
“Es un buen negocio para Entel y ABE. Nos lleva a rebajar tarifas, expandir con más aplomo y seguridad la extensión de más radiobases y fibra óptica”, declaró en Palacio, donde se firmó el acuerdo en presencia del presidente Evo Morales.
El jefe de Estado destacó que con el negocio recuperamos la inversión (del satélite). “Si no existía el satélite, se habría pagado $us 381 millones a privados”.
El ejecutivo de la ABE, Iván Zambrana, explicó que con la venta de entre 343 y 720 megahertz de ancho de banda que adquirirá Entel en los próximos 15 años, los recursos económicos se irán a cuentas bancarias del Tesoro General del Estado (TGE), con los que se honrarán los compromisos financieros que se han hecho para llevar adelante el proyecto.
El área de planificación de Entel aclaró que la entidad pagará en efectivo y “de acuerdo al segmento que Entel vaya utilizando (se pagará) progresivamente, de acuerdo a las demandas y previsiones que estamos asumiendo para los siguientes 15 años”.
Por su parte, el presidente de la Federación de Cooperativas de Telecomunicaciones de Bolivia (Fecotel), Ricardo Rodas, sostuvo que no estaba en contra de la sana competencia con este compromiso de dos empresas estatales, pero ven que el ente regulador del sector no es ecuánime con ellos porque no los deja participar en los servicios.
“No vemos un equilibrio. Esto perjudica el desarrollo. Esperamos flexibilizar, revertir o mejorar alguna normativa dentro de la Ley de Telecomunicaciones y su reglamento para que se nos permita ser más participativos dentro de la economía plural del país”, argumentó.
El gerente general de la Cámara de Telecomunicaciones de Bolivia (Catelbo), Eduardo Trigo, manifestó que no tenía ninguna observación en contra del convenio realizado porque estaba en la facultad de cualquier otro operador, como ya lo están haciendo, recordando que Viva fue la primera empresa telefónica privada en contratar el espacio del TKSAT-1
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